martes, 12 de marzo de 2019


 En el rito latino, la Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y termina justo antes de la Misa de la Cena del Señor en la tarde del Jueves Santo.​ La duración de cuarenta días proviene de varias referencias bíblicas y simboliza la prueba por la que pasó Jesús al permanecer durante 40 días en el desierto de Judea, previos a su misión pública. También simbolizan los 40 días que duró el diluvio universal, además de los 40 años de la marcha del pueblo israelita por el desierto, y las 40 décadas que duró la esclavitud de los judíos en Egipto.
A lo largo del tiempo de Cuaresma, los cristianos son llamados a reforzar su fe mediante diversos actos de penitencia y reflexión. La Cuaresma tiene cinco domingos más el Domingo de Ramos (seis en total), en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón son dominantes. No es un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Por eso, en la misa católica no se canta el Gloria al final del acto penitencial (excepto el jueves santo, en la misa de la cena del Señor), ni el Aleluya antes del evangelio.
El color litúrgico asociado a este período es el morado, asociado al duelo, la penitencia y el sacrificio, a excepción del cuarto domingo que se usa el rosa y el Domingo de Ramos en el que se usa el rojo referido a la Pasión de Cristo.
Desarrollo histórico
Existen evidencias de la existencia de prácticas cuaresmales, en particular del ayuno como preparación de la Pascua, desde fines del siglo II y principios del siglo III. Desde el año 322 existen noticias de la Cuaresma en Oriente, mientras que en Roma se celebró con seguridad al menos desde 385.5​ En los primeros tiempos de la Iglesia, la duración de la Cuaresma variaba. Finalmente en el siglo IV se fijó su duración en 40 días, con inicio seis semanas antes del domingo de Pascua.6​ por tanto, un domingo llamado precisamente «domingo de cuadragésima».
En los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal, presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebración del Día del Señor. Para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días efectivos de ayuno durante la Cuaresma, en el siglo VII, se agregaron cuatro días más antes del primer domingo, estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. Son exactamente cuarenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo, sin contar los domingos
Calendario
La Pascua tiene mucha relación con el calendario agrícola y el tiempo de renovación de la tierra. Para calcular su celebración se toman en cuenta el sol y la luna (sol de primavera y luna llena). En ese sentido, se debe buscar el primer domingo posterior a la primera luna llena de primavera septentrional (Hemisferio Norte). Una vez encontrada la Pascua, se cuentan cuarenta días antes para fijar el primer día de la Cuaresma, es decir, el correspondiente al llamado "miércoles de ceniza" (los domingos, según se explica arriba, no se tienen en cuenta para hacer este cálculo).
Práctica
Según el pasaje del Libro de Isaías 58:6-9 utilizado en celebraciones litúrgicas cuaresmales, el ayuno agradable a Dios consiste en compartir el pan con el hambriento, dejar entrar en la casa a los pobres sin techo, vestir al que se ve desnudo y no volver la espalda a los demás.
La práctica de la Cuaresma data del siglo IV, cuando se da la tendencia para constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia de ingesta de carne. Conservada con bastante vigor —al menos en un principio— en las iglesias de Oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma se aligeró en Occidente, aunque debe observarse un espíritu penitencial, de conversión y de oración.
En el presente, más que el simple ayuno de comida, se incentivan prácticas que afectan áreas más personales de la vida: «se trata de ayunar de la comodidad, de una vida fácil, de la mínima resistencia, de la mentalidad gregaria, del placer por el placer. Y sobre todo, se trata de ayunar del poder, la autocomplacencia y la gloria [...] ayunar de egoismo, insensibilidad e inhumanidad. Es ayunar de competitividad y beneficios a costa de otros; de las formas de proceder del mundo y de los reinos construidos con la acumulación de bienes a costa de las enormes necesidades de todos los que habitan en la tierra», como forma de interpretar un pasaje bíblico utilizado en la liturgia de Cuaresma:


 En el rito latino, la Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y termina justo antes de la Misa de la Cena del Señor en la tarde del Jue...